Proceso de realización
En el primer trimestre, hicimos un viaje imaginario a uno de los archipiélagos españoles, Canarias o Baleares. Esto fue debido a que en el área de Ciencias Sociales estábamos estudiando la geografía de España.
Para hacerlo, nos imaginamos un recorrido por el archipiélago que escogimos, visitamos los lugares más emblemáticos, etc. Lo hicimos digitalmente para que resultase más cómodo y así poder buscar información sobre ese archipiélago en internet para nuestro viaje.
Podíamos presentarlo a mano, en digital o en una presentación en genial.ly. Tuvimos la oportunidad de dejar volar nuestra imaginación al escribirlo y elegir las islas que íbamos a "visitar".
Después de que escribiésemos nuestra redacción, se la entregamos a nuestro tutor José Ángel para que nos lo corrigiera o bien le expusimos la presentación si lo habíamos realizado en genial.ly.
Valoración personal
Este trabajo me gustó porque pude dejar volar mi imaginación al escribir mi viaje imaginario y gracias a esto, pude descubrir algunos lugares interesantes del archipiélago que escogí (Canarias).
Me resultó bastante porque se parecía mucho a un trabajo hecho anteriormente, el cual es la crónica. La única diferencia es que en la crónica tuvimos que referirnos a nosotros en tercera persona y en el viaje imaginario, no.
Trabajo finalizado
Este es el viaje a las Islas Canarias que redacté:
VIAJE A LAS ISLAS CANARIAS
"Fui de viaje a las islas Canarias con mi familia. Estuvimos allí durante seis días y las islas que visitamos fueron Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife. El viaje fue en avión y todos estábamos emocionados por montar.
Primero fuimos a Lanzarote. Nos alojamos en un hotel cerca de la costa. En el primer día visitamos el parque natural de Timanfaya. Era un parque de origen volcánico y sus volcanes entraron en erupción por última vez entre los años 1730 y 1736. Algunos de sus volcanes más conocidos eran la Montaña de Fuego, Caldera del Corazoncillo y Montaña Rajada. Mi padre y mi hermano estaban alucinados y yo solo miraba aquellas montañas con ojos de asombro. Pasamos el día allí y regresamos al hotel al atardecer.
Al día siguiente, nos levantamos y desayunamos en el hotel. Sobre las once fuimos a visitar otro lugar de Lanzarote. Ese lugar era el Castillo de San José, construido de 1776 a 1779 y fue proyectado por el rey de España Carlos III. Vimos los cuadros que se encontraban allí y luego almorzamos en el restaurante que había en el castillo. Al acabar de comer, dimos otro paseo por la construcción y más tarde volvimos al hotel.
Nos despertamos temprano porque, la noche anterior, mi padre nos dijo que teníamos que llegar al puerto para subirnos al barco que nos llevaría a Gran Canaria. Cuando nos montamos en el yate, fuimos rumbo a la siguiente isla. Por suerte el mar estaba tranquilo y no hubo problemas.
Cuando llegamos a Gran Canaria, mi madre llamó a una amiga suya que nos dijo que tenía una casa allí que nos podía dejar durante nuestra estancia en la isla. Encontramos la casa y fuimos a visitar la Caldera de Bandama. Era un lugar maravilloso e increíble. Regresamos a la casa y mi madre nos preparó una cena deliciosa.
Después de desayunar el día siguiente, fuimos a visitar las estrechas calles del barrio antiguo de Vegueta. Estas calles han vivido más de 500 años. Todo era muy bonito. Vimos plazas y construcciones elegantes y sofisticadas. Casi al anochecer, regresamos a las casa para dejarlo todo como estaba y fuimos al puerto. Allí, subimos a otro barco y fuimos a Tenerife. El viaje fue nocturno.
Al fin llegamos a Tenerife. Buscamos rápidamente un hotel para quedarnos los días restantes. Cuando lo encontramos, dejamos el equipaje en nuestra habitación y fuimos a ver algunos lugares interesantes.
El primero de todos fue el Parque Nacional de la Cañadas del Teide. Pudimos ver el Teide, el pico más alto de España, un volcán aún activo, pero que lleva muchos años dormido. También vimos los Roques de García en el parque. El más conocido era el Roque de los Azulejos. Volvimos al hotel y cenamos.
En el último día del viaje, fuimos a visitar La Laguna, la segunda ciudad más importante de Tenerife. Era muy bonita y algunas casas eran coloridas. Dimos un pequeño paseo por sus calles y volvimos al hotel a recoger nuestro equipaje. Fuimos al aeropuerto para coger un avión de vuelta a la Península."
Primero fuimos a Lanzarote. Nos alojamos en un hotel cerca de la costa. En el primer día visitamos el parque natural de Timanfaya. Era un parque de origen volcánico y sus volcanes entraron en erupción por última vez entre los años 1730 y 1736. Algunos de sus volcanes más conocidos eran la Montaña de Fuego, Caldera del Corazoncillo y Montaña Rajada. Mi padre y mi hermano estaban alucinados y yo solo miraba aquellas montañas con ojos de asombro. Pasamos el día allí y regresamos al hotel al atardecer.
Al día siguiente, nos levantamos y desayunamos en el hotel. Sobre las once fuimos a visitar otro lugar de Lanzarote. Ese lugar era el Castillo de San José, construido de 1776 a 1779 y fue proyectado por el rey de España Carlos III. Vimos los cuadros que se encontraban allí y luego almorzamos en el restaurante que había en el castillo. Al acabar de comer, dimos otro paseo por la construcción y más tarde volvimos al hotel.
Nos despertamos temprano porque, la noche anterior, mi padre nos dijo que teníamos que llegar al puerto para subirnos al barco que nos llevaría a Gran Canaria. Cuando nos montamos en el yate, fuimos rumbo a la siguiente isla. Por suerte el mar estaba tranquilo y no hubo problemas.
Cuando llegamos a Gran Canaria, mi madre llamó a una amiga suya que nos dijo que tenía una casa allí que nos podía dejar durante nuestra estancia en la isla. Encontramos la casa y fuimos a visitar la Caldera de Bandama. Era un lugar maravilloso e increíble. Regresamos a la casa y mi madre nos preparó una cena deliciosa.
Después de desayunar el día siguiente, fuimos a visitar las estrechas calles del barrio antiguo de Vegueta. Estas calles han vivido más de 500 años. Todo era muy bonito. Vimos plazas y construcciones elegantes y sofisticadas. Casi al anochecer, regresamos a las casa para dejarlo todo como estaba y fuimos al puerto. Allí, subimos a otro barco y fuimos a Tenerife. El viaje fue nocturno.
Al fin llegamos a Tenerife. Buscamos rápidamente un hotel para quedarnos los días restantes. Cuando lo encontramos, dejamos el equipaje en nuestra habitación y fuimos a ver algunos lugares interesantes.
El primero de todos fue el Parque Nacional de la Cañadas del Teide. Pudimos ver el Teide, el pico más alto de España, un volcán aún activo, pero que lleva muchos años dormido. También vimos los Roques de García en el parque. El más conocido era el Roque de los Azulejos. Volvimos al hotel y cenamos.
En el último día del viaje, fuimos a visitar La Laguna, la segunda ciudad más importante de Tenerife. Era muy bonita y algunas casas eran coloridas. Dimos un pequeño paseo por sus calles y volvimos al hotel a recoger nuestro equipaje. Fuimos al aeropuerto para coger un avión de vuelta a la Península."
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